jueves, 11 de junio de 2009

Equipo técnico y artístico : dirección y producción

Aquí no se trata de materiales inertes, sino de seres vivos, con toda la carga emocional, psicológica y dinámica que ello implica.
Importa, en ese sentido la ductilidad del realizador, su conocimiento del carácter de sus colaboradores.
Es evidente que un director incapaz de controlar las virtudes, los defectos, o los problemas personales de interpretes y equipo - antes y durante el rodaje-, corre el riesgo de ser desbordado por conflictos dispersivos.

En la producción corriente puede de largos metrajes de ficción es común la utilización de entre veinte y treinta personas.
En el otro extremo, una película puede ser realizada por un equipo muy reducido: ocho, tres, y hasta una sola persona cubriendo cámara y sonido.

El ordenamiento general, el plan de trabajo diario, la consecución de los elementos y materiales, el rodaje, etc, implican una división del trabajo centralizada en dos grupos: El de Producción y el de dirección.

La producción establece una estrategia práctica de la filmación, basada en las necesidades de la película y las posibilidades económicas disponibles.

La dirección asume la realización técnica y artística, de acuerdo al plan de trabajo elaborado conjuntamente con la producción.

Una vez establecidos un presupuesto y un plan de trabajo, el equipo de producción trata de cumplir eficazmente su cometido, o sea evitar que el rodaje insuma más dinero que el estipulado o más tiempo que el fijado en el plan de trabajo.
Por su parte, el equipo de dirección tiene como objetivo primordial la calidad de la película.

Así como resulta imprescindible una estructura expresiva, importa "armar" previamente la película de acuerdo con las necesidades y pposibilidades materiales. Importa que los dos equipos consigan, por medio del planteamiento, un conocimiento mutuo de las respectivas necesidades, y a través de él, estipulen las previsiones necesarias para que el desarrollo del rodaje no plantee los equívocos y desencuentros que se originan tan tan frecuentemente cuando ese conocimiento mutuo no existe.
La realización de cualquier película, aún la modestísima filmada por un estudiante primerizo, exige esa profundización general de los objetivos del film, y de los medios y estructuras que se han elegido para llevarlo a cabo. Elegir estructuras y medios no significa en modo alguno adquirir compromisos mutuos inamovibles. Significa, simplemente, posibilitar un conocimiento tal, que las inevitables modificaciones que se produzcan durante el rodaje -tanto por las necesidades de producción como por las de dirección- se solucionen en un sentido coincidente con los objetivos profundos de la película. El enfrentamiento con situaciones imprevistas es cosa cotidiana en la realización de una película, y elegir soluciones que no tengan relación con las necesidades reales, por más ingeniosas que sean, conducen a una total confusión, a pérdidas de tiempo irreparables y, salvo un gran talento por parte del director y del compaginador, a la destrucción irremediable de la calidad de la película. LA RIQUEZA IMAGINATIVA ES IMPRESCINDIBLE, LO QUE RESULTA CONTRAPRODUCENTE ES LA DISPERSIÓN IMAGINATIVA.

El presente texto es un extrácto del tema "Materiales Humanos" pág,117 del libro "La Realización Cinematográfica" de Simón Feldman.

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